jueves, 11 de mayo de 2017

CIENCIAS NATURALES

POR QUÉ ME GUSTA LA CIENCIA

Siempre he considerado que las ciencias deben ser divertidas: nos pasamos todos los días en medio del mundo natural, de su ir y venir, desarrollo, tecnología, artes y demás, que nos olvidamos de la esencia, de lo que constituye todas las cosas, somos materia. Para Sagan “la ciencia es más que conocimientos, es una manera de pensar”
Es importante considerar las ciencias como parte de un todo, todos somos ciencia, desde que nacemos y empezamos a buscar el seno de nuestra madre, empezamos nuestro camino a la iluminación científica, al método científico, ese, es nuestro primer amor –que tristemente se nos olvida por muchas cosas, en algunos se convierte en arreglo de uñas y otros en manuelita saliveiro, pero bueno, son cosas que pasan-.
Es por ello que en el 2015, año en el que yo llegue al colegio, quise demostrar que la biología y la química no era solo formulas y hablar de animalitos y sistemas del cuerpo humano, que uno se podía divertir, y créanme que por lo menos yo me divertí mucho… aun me acuerdo la cara del coordinador cuando puse el primer bombazo en el colegio y llegaron los señores agentes del GOES, uno de esos momentos didácticos que no tienen nada de magna. La cara de los estudiantes cuando hacíamos cohetes y yo los mandaba a que los lanzaran solo para verlos llenarse de vinagre y bicarbonato, la cara de algunos cuando por primera vez en mucho hacían laboratorios y entendían lo que hacían –creo que me estoy alabando mucho, pero es verdad- soy alguien que piensa que entre más sentidos se involucren en el aprendizaje más significativo es este, si lo hago lo aprendo, es mi consigna. Furman, un señor que habla sobre la ciencia en la escuela opina que:
“Si nos imaginamos a la ciencia como una moneda de dos caras inseparables, una de ellas es la cara de la ciencia como producto (lo que sabemos, esos hechos e ideas que suelen llenar los pizarrones y los libros de texto), pero la otra, y la habitualmente más ausente en las aulas y más cercana al corazón del espíritu científico, es la de la ciencia como proceso, como una manera muy particular, apasionante y poderosa de acercarse al conocimiento; ese ‘cómo sabemos lo que sabemos’. A ese enfoque se lo ha llamado ‘enseñanza por indagación.” (OEI, 2015)
Es en la escuela en donde debemos enamorar de nuevo a los estudiantes, de ese amor perdido que sentían de niños cuando se echaban los juguetes a la boca.
No digo que sea fácil –el que lo diga que me enseñe-, pero no es imposible. Es difícil hablar con estudiantes e intentar revolcarles esa necesidad biológica de preguntarse, esa misma naturaleza que creo todas las disciplinas en el mundo, el sentarse y mirarse y mirar un lápiz y preguntarse y cuestionarse de su existencia, de lo que está hecho, que ese carbono que tiene el lápiz también se encuentra en él: somos polvo de estrellas, como dice Sagan. Pero como docente debo generar esos momentos, esos espacios de cuestionamiento, de preguntas sin parar. Para Furman (OEI, 2015), en su libro “la aventura de enseñar ciencias naturales” manifiesta que esos ‘hábitos de la
mente’ no florecen así no más, sino que son resultado de insistir a través de situaciones y momentos que permitan cosechar ese aprendizaje, y que propicien el seguir queriendo aprender.
No sé si fui yo o la divina providencia, pero luego de año y medio de trabajar arduamente con los jóvenes he visto mejoras, no una cosas que digan que brutos hombre, denles el Nobel, pero han mejorado. Han logrado experiencia en manejo de instrumental de laboratorio, piensan en realizar carreras universitarias, y en salir adelante. SIENTO FELICIDAD, si, en mayúscula, cuando un estudiante me pregunta sobre cómo es la universidad, de cómo ingresar, y pasamos minutos hablando de temas de la actualidad, como transgénesis o lluvia acida…
Me gusta ser profesor, y sobre todo me gusta mi laboratorio, y digo mío porque lo siento así, mío, y cada vez que lo veo intento sacarle el mayor provecho para mejorar mis prácticas, mi ser docente.
Creo que podría echar más hojas para hablar cháchara sobre mis prácticas y lo que he hecho y dejado de hacer, pero creo que con esto es suficiente… gracias.
Trabajos citados OEI. (2015). Enseñanza de las ciencias en la escuela: algunas claves para generar cambios. iberoámericadivulga.